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La palabra
Ordet
     
    Director (es) : Carl Theodor Dreyer
    Año : 1954
    País (es) : DIN
    Género : Drama
    Compañía productora : Palladium Films
    Guionista (s) : Carl Th. Dreyer
    Guión basado en : La novela de Kaj Munk
    Fotografía : Henning Bendtsen, John Carlsen, Erik Willumsen
    Decorados : Erik Aaes
    Vestuario : N. Sandt Jensen
    Música : Paul Schiereck
    Montaje : Edith Schlüssel
    Sonido : Knud Kristensen, Henning Möller, Kaj Larsen
    Ayudante (s) de dirección : Jesper Gottschalch, Karen Petersen
    Duración : 128 mn
   
     
    Henrik Malberg
Emil Hass Christensen
Preben Lerdoff Rye
Birgitte Federspiel
Ejner Federspiel
Sylvia Eckhausen
Gerda Nielsen
Henry Skjaer
   
   
    Johannes es un estudiante de teología que se cree Jesucristo. Su hermano Mikkel está casado con Inger y esperan un nuevo hijo. El hermano menor de Johannes, Anders, está enamorado de la hija del sastre Peter. Éste odia al viejo Morten y a su familia al considerarle su adversario religioso y no les concede la mano de la hija, Anna Peter. Mientras, llega a la parroquia de Borgensgaard el nuevo pastor y éste es acusado por Johannes de traicionar a la iglesia. Morten se enfrenta al viejo Peter por la afrenta anterior cuando llega la noticia de que Inger se encuentra en peligro por culpa de un parto prematuro.
   
   
   

LA RAZÓN DE LA FE
 
Por Jordi Puigdomènech
Carl Theodor Dreyer es, junto a Yasujiro Ozu y Robert Bresson, uno de los tres paradigmas de lo que Paul Schrader dio en llamar estilo trascendental (1). Nadie como Dreyer ha sido capaz en la historia del cine de presentar la resurrección de un ser humano, en este caso una mujer, de tal manera pueda transmitir al espectador una profunda reflexión acerca de la fe en la palabra de Cristo y con ello fascinar incluso a los más escépticos. Basada en una obra teatral de Kaj Munk, de la que el sueco Gustav Molander había realizado una primera adaptación en 1943, Ordet supone una prueba de fuego para aquellos aficionados al cine que presenten algún reparo frente a una película de temática abiertamente religiosa. Pocos críticos, por no decir ninguno, se han atrevido nunca a cuestionarla abiertamente. Tampoco el espectador medio puede aburrirse o sentirse indiferente hacia ella. La fuerza y la profundidad del Ordet de Dreyer están perfectamente arropadas por un ritmo narrativo harmónico, perfectamente acompasado, y por una puesta en escena austera que envuelve a un tiempo a personajes concretos e ideas abstractas.
   El referente directo de la problemática existencial planteada por Dreyer en Ordet / La palabra es la obra de su compatriota, el filósofo y teólogo Sören Kierkegaard, figura que vivió en la primera mitad del siglo XIX y que alcanzó una gran popularidad en su país natal, primero al ser objeto de duros ataques y de ofensivas burlas y, posteriormente, años después de su muerte, por convertirse en el pensador danés más importante de todos los tiempos y precedente inmediato de la corriente filosófico-literaria existencialista, que tendría en Albert Camus y Jean Paul Sartre a sus principales exponentes. Heredero de la tradición filosófica agustiniana, Kierkegaard (2) toma como referencia para su reflexión el fundamento del credo quia absurdum —creo porque es absurdo— un principio axiomático que se hace eco de la necesidad de llevar a cabo un acto de fe previo a cualquier exploración racional, ya sea filosófica, teológica o científica. ¿O no constituye acaso un acto de fe el hecho de aceptar, sin prueba empírica alguna, que unas diminutas partículas que se mueven en el vacío son la única fuente de todo aquello que el materialismo reconoce como única realidad?
   Johannes, el loco de Ordet, cree porque creer es absurdo. E incita a su entorno familiar a seguirle en tal creencia frente a la amenaza de sentirse perdidos en el mundo todavía más absurdo de las ambiciones, la intransigencia y el orgullo. Y como muestra de fe les propone un milagro, la trasgresión de las “sagradas” leyes de la física. Por medio de la locura de Johannes, Dreyer propone en Ordet el salto kierkegaardiano del estadio ético al estadio metafísico o religioso, un salto que el filósofo danés ejemplificó con el pasaje bíblico de Abraham e Isaac. Cuando la voz de Dios le ordena a Abraham que suba a la montaña con su único hijo para ofrecérselo en sacrificio, el anciano patriarca decide obedecer y disponerse a dar muerte a su unigénito. Desde una perspectiva racional resulta absurdo obedecer a una voz que nos pide cometer un crimen atroz en la persona de un ser querido. Nada más absurdo. Pero la fe de Abraham es tan fuerte que supera a su amor paternal. En el último momento, un ángel detiene la mano de Abraham cuando ya empuñaba en alto el cuchillo contra su hijo e impide que cometa el crimen. Era una prueba de fe a la que Dios le había sometido. Una vez superada, Abraham podía seguir disfrutando de la compañía y del amor de los suyos.
De una forma menos trágica, aunque análogamente profunda, Dreyer propone en Ordet el mismo salto del estadio ético al estadio metafísico que propusiera Kierkegaard. Creer en Johannes supone ante todo tener la capacidad de escuchar sus palabras inspiradas en los evangelios y olvidarse de su condición de loco. Pese a tratarse de una comunidad profundamente religiosa, nadie de entre los suyos lleva su fe tan lejos como para creer en la realidad de los milagros, y aún menos en el milagro que propone Johannes. Es sólo la fe de una niña la que supera la prueba y hace que el absurdo se imponga a la razón, haciendo de lo imposible verdad. Con Ordet Dreyer conduce de la mano al espectador hasta el borde mismo del abismo, y ahí le deja solo para que medite sobre la naturaleza de lo humano y lo divino.

 

(1)
  SCHRADER, Paul: El estilo trascendental en el cine. Traducción de Breixo Viejo. Madrid: Ediciones JC, 2008.
(2) KIERKEGAARD, Sören: Tratado de la desesperación. Traducción de Juan Enrique Holstein. Barcelona: Edicomunicación, 1994. 
   
     
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Características DVD: Contenidos: Menús interactivos / Acceso directo a escenas / Filmografías. Formato:  Full Screen 4:3. Idiomas:   Castellano y Danés. Subtítulos: Castellano. Duración: 126 mn. Distribuidora:  Vértice Cine. Fecha de lanzamiento: 22 de septiembre de 2010. 
   
       
   

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