JERRY GOLDSMITH: UN CAMALEÓN MUSICAL |
Editorial: Kane Ediciones.
![]() ![]() ![]() ![]() Colección: «Música de cine» nº 2.
Subtítulo: Un camaleón musical.
Autor: Christian Aguilera.
![]() Incluye bibliografía, discografía completa
e índice onomástico y de películas.
Quizá sea un poco exagerado decir que desde el fallecimiento de Goldsmith el 21 de julio del 2004 se acabó la música de cine tal y como la habíamos conocido. Pero, vamos que si a eso unimos que Elmer Bernstein nos dejó un mes después hay que convenir que nadie pudo cubrir el hueco que ambos dejaron (a excepción de John Williams y el reciclaje de temas en Morricone). Y es que ahora mismo, visto con perspectiva, el peor Jerry es el mejor score de los últimos veinte años.
Goldsmith es el compositor de cine por excelencia, quien más y mejor ha sabido calibrar las posibilidades de fusión entre música e imagen. Un creador de personajes, ideas y conceptos como nunca antes se habían visto en la historia de la música de cine. Un renovador que acabó convertido en una figura mítica capaz de conectar con apasionados aficionados, con incluso una revista —Legend— dedicada a su figura y siendo el compositor cinematográfico con más CDs editados (Morricone aparte) teniendo en cuenta sus trabajos inéditos, promocionales, piratas, expandidos, ediciones de lujo, nuevas grabaciones...
Así que tener un libro como éste constituye un privilegio a la hora de confrontar a todo un referente en el mundo del cine, un auténtico talento de la banda sonora.
Autor de la que puede ser considerada, para mi gusto, una de las mejores partituras de todos los tiempos (Bajo
![]() Se nota que su autor, Christian Aguilera, no solo admira su obra, sino que también se ha imbuido en ella a través del visionado de sus películas – con inquietante actitud stajanovista- para no depender exclusivamente de lo que se puede disfrutar de sus discos. Y es cierto que para comprender lo que significó Goldsmith hay que analizarlo en su hábitat natural como son las imágenes descubriendo cómo expande el universo de las películas con su música.
Aunque también podemos —y debemos— disfrutar de las regrabaciones que hizo para la mayoría de sus discos que, dicho sea de paso, resultan mucho más atractivos que la mayoría de esas ediciones que han ido saliendo con el largo score original (no hay más que fijarse en Capricornio Uno, por ejemplo).
Aguilera, con la colaboración de Jaume Carreras en los primeros capítulos y algunos especiales como el estudio de la música para El planeta de los simios, condensa su magna filmografía en quince capítulos, a cada cual más apasionante y revelador de un genio, injustamente considerado a la sombra de John Williams (Superman - Supergirl / En busca del arca perdida – Las minas del rey Salomón / Solo en casa – Daniel el travieso…).
La metodología de trabajo para cada película dentro de los capítulos es una descripción de la misma para ponernos en contexto – con amplia documentación- para, a continuación, acometer el cómo y porqué Goldsmith comprendía dicha historia y sus resultados a la hora de escribir y adaptar la música a las imágenes.
![]() ► El western es donde pudo condensar ese especial “sonido Goldsmith” tan característico de toda su obra. Una sucesión de magistrales y pegadizos temas centrales en partituras de indiscutible clase que abarcan 38 años de carrera de Black Patch (1957) a la trepidante Cuatro mujeres y un destino (título español ciertamente desafortunado).
► El cine fantástico, donde logró su único Oscar® con La profecía (debería ser delito federal que un autor de su categoría tenga solo una estatuilla y Santaolalla dos, por ejemplo) y con un certero análisis de algunos de sus clásicos como Poltergeist y sobre todo Alien, el octavo pasajero con toda la complejidad que supuso la creación y montaje de su score. Sin olvidar Desafío total, con el que perfeccionó otra manera de entender un nuevo “sonido Goldsmith” centrado en una poderosa percusión orquestal que sería la base de muchas de sus películas menores a partir de ese momento (Decisión crítica, U. S. Marshall, Río salvaje). Que el tema principal quedase como sintonía del fútbol de
![]() ► Su aportación al thriller, desde el genuino sonido de cine negro con la trompeta de Chinatown (otra banda sonora que pasó por un montón de vicisitudes) hasta la puesta al día de Herrmann en Instinto básico, una de sus obras cumbres de los 90. las aventuras, el cine de acción (con su trilogía de Rambo),
► Asimismo hay lugar para sus antológicas colaboraciones con Joe Dante mezclando el humor y la fantasía (del rag de Gremlins a la juerga de los Looney Tunes). E igual no es casualidad que, como decíamos al principio, tras la muerte de Goldsmith la carrera de su director se volviese totalmente intrascendente.
El libro culmina en un apéndice para sus no menos obras maestras televisivas como QBVII y Masada; además de un recorrido por sus scores rechazados algunos de forma incomprensible como Dos días en el valle.
Con prólogo de Robert Townson, productor de Varèse Sarabaande (la expansión en la obra de Goldsmith no hubiese sido lo mismo sin esta compañía, con más de un centenar de obras editadas) se trata de un libro imprescindible para el aficionado a la música de cine, de más de 500 páginas, editado a color con una notable selección de fotos de sus películas y del que próximamente saldrá una edición en inglés en una necesaria exportación para el mercado mundial.•
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